2 de junio: Acámbaro recuerda al Ejército Trigarante en 1821
Gerardo Argueta Saucedo, Cronista del municipio de Acámbaro, Gto.
La lucha por la Independencia Nacional llegó a su fin en 1821, luego de 11 años desde su inicio en la madrugada del 16 de septiembre de 1810 en el pueblo de Dolores, Intendencia de Santa Fe de Guanajuato. Miguel Hidalgo y Costilla encabezó en ese momento el alzamiento armado en contra de la corona española que tenía casi 300 años en nuestro territorio.
A la muerte de Hidalgo, el proyecto revolucionario siguió su curso gracias a la visión social y política de José María Morelos y Pavón, el “Siervo de la Nación”, y al ser fusilado en 1815, otros Caudillos retomaron la idea hasta 1820, entre ellos, Guadalupe Victoria, Leona Vicario, Andrés Quintana Roo y Francisco Javier Mina. Por último, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide acordaron unir esfuerzos y a sus respectivos Ejércitos, el Insurgente y el Realista, a fin de lograr la consumación de la Independencia de la Nueva España.
El Plan de Iguala
El proceso de la consumación tuvo su punto culminante en 1821 con los diálogos y los acuerdos sostenidos entre Iturbide y Guerrero. El 24 de febrero de ese año, a través del Plan de Iguala que contenía 24 puntos, se establece la necesidad de separar a la Nueva España del gobierno central de la península ibérica. A partir de aquí, se integró también el Ejército Trigarante que tenía como base fundamental la Unión de los habitantes de la Nueva España, su Independencia y la Religión católica como la única disponible para la población del nuevo país en proceso de formación.
Sería en el bajío donde el Ejército Trigarante tendrá su gran fortaleza tanto con la lectura del Plan de Iguala en San José de los Amoles, hoy Cortazar, el 16 de marzo por medio de Luis Cortazar y Rábago, como en las localidades de Valle de Santiago, Acámbaro, Salvatierra, Celaya, Salamanca, Irapuato, León y Guanajuato.
EN ACÁMBARO, EN UNA PRIMERA VISITA ENTRE EL 10 Y EL 17 DE ABRIL DE 1821, ITURBIDE DEROGÓ IMPUESTOS Y ESTABLECIÓ OTROS PARA SOSTENER AL EJÉRCITO Y PARA EL 2 DE JUNIO –EN UNA SEGUNDA VISITA A LA LOCALIDAD ENTRE LA ÚLTIMA SEMANA DE MAYO Y LA PRIMERA DE JUNIO, PRECISAMENTE-, ENVIÓ AL REY DE ESPAÑA, FERNANDO VII, UNA CARTA DONDE CUESTIONA AL RÉGIMEN VIRREINAL Y PIDE SE OTORGUE EL RECONOCIMIENTO DE UN NUEVO GOBIERNO, O MEJOR AÚN, QUE ACEPTE LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE LA NUEVA ESPAÑA.
Posteriormente, en Guanajuato como capital de la Intendencia, tuvo lugar el 8 de julio la Jura de la propia Independencia que impactó a nivel nacional.
Los Tratados de Córdoba
Ya para el 24 de agosto de 1821 cuando tiene verificativo la firma de los Tratados de Córdoba en Veracruz, entre la cúpula del Ejército Trigarante representada por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, y el Jefe Político de la Corona española -no Virrey-, Juan O’Donojú, el proceso de la consumación quedó concluido. Tan es así, que el representante del gobierno español no tuvo inconveniente en aceptar la firma del documento que en 15 puntos, consignó la separación del territorio.
Una vez logrado lo anterior, el Ejército Trigarante hizo una entrada triunfal a la Ciudad de México el 27 de septiembre, capital del Virreinato, lo que confirmó lo acordado en Veracruz y ratificó la esencia del Plan de Iguala. Ante esto, un día después -el 28 de septiembre-, con la promulgación del Acta de Independencia, se consumó la lucha libertaria de 11 largos años (1810-1821). Tan relevante documento cita al Plan de Iguala y a los Tratados de Córdoba como un obligado complemento de lo que sería el perfil de la nueva nación.
Dicha nación, bajo la modalidad de un régimen monárquico de corte moderado, inició entonces el camino para consolidarse. De momento, entre el 24 de febrero y el 28 de septiembre de 1821, el proyecto libertario fue una realidad.
Relevante, la participación de hombres y mujeres
A 201 años de distancia y bajo esta breve mirada, bien puede decirse que no fueron en vano las muertes de los iniciadores como Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, los hermanos Juan e Ignacio Aldama y Mariano Jiménez, como tampoco las de José María Morelos y los Caudillos de la etapa de la resistencia como Guadalupe Victoria y Leona Vicario. Y al igual que como en el inicio, la participación de los hombres y las mujeres de Guanajuato fue muy significativa en el proceso de la consumación.
Es así que hoy, como legado histórico de las actuales y las futuras generaciones, al Estado puede considerársele como un lugar con un claro sentido de pertenencia, identidad y orgullo que bien merece ser llamado como: “Guanajuato de la Independencia Nacional”.
Iturbide y Guerrero acordaron unir esfuerzos y firmar el Plan de Iguala
Los Tratados de Córdoba fueron vitales para Independizar a la Nueva España
En septiembre de 1821, el Ejército Trigarante entró victorioso a la Ciudad de México