REFLEXIÓN DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS
Domingo 14 de julio de 2024. PREDICAR, CONFESAR Y CURAR.
San Marcos nos presenta la primera vez que Cristo manda a la misión de los 12 apóstoles a convertir verdaderamente a los pueblos, y les da tres mandatos y dones:
1º. El carisma de la palabra.-Algunos desean que los dejen en paz con sus defectos y en su vida de pecado, la mujer que aborta es igual a Caín que mató a su hermano Abel. Puede haber un judas a quien tenemos que recordar y el infierno está abierto las 24 horas del día, aunque se disgusten, el predicador tiene que seguir hablando siempre de conversión porque puede salvar el alma de muchos oyentes.
El problema que veo de muchos sacerdotes que creen como los protestantes que se trata de agradar y hacer dinero, consideran que la iglesia es como los trajes de baño a los cuales hay que exprimir y no pueblo a quien convertir. La conversión es un asunto de cada día y de todos los días y tenemos qué predicar y sobre todo, de practicarla.
2º. El carisma del poder de perdonar los pecados.- Les comento a mis fieles que lo que más me gusta del sacerdocio es en primer lugar la confesión, me gusta la construcción, la mecánica y la medicina, pero trabajar con las conciencias más que los ladrillos o los fierros es lo máximo. Lo segundo es hacer carreteras de cemento y piedras que duren miles de años porque es la entrada de los pueblos al progreso y lo tercero que me gusta hacer, es curar de cáncer y otras enfermedades morales porque yo ya pasé por eso y se siente re-gacho.
3º. El carisma de la sanación.- Es lo que Dios me dio desde los 18 años y no es vanidad, es una realidad que honradamente tengo que agradecer a Dios mismo y cada día aprovechar porque se puede acabar. Aparte, con medicamento natural a base de hierbas de todo el mundo ya van miles de curados que al fin con remedios o sin remedios, es Dios el que cura. El espíritu santo es el señor y dador de vida.
Cristo les pide a los apóstoles austeridad, no llevar dinero, unas sandalias, una túnica, comer lo que les den y si no les hacen caso se usa una frase de los judíos: “sacúdanse el polvo de sus sandalias en protesta”.
El dinero hace daño a los sacerdotes, llegar con un coche de un millón de pesos a una casa de piso de tierra y de cartón es una ofensa y cobrando $1,000.00 por confesar a un enfermo; yo tengo camiones para hacer carreteras, no es un lujo.
Humor:
Decía un joven: mi filosofía de la vida es ser austero, todo lo que necesito es un pequeño cuarto y una cama, reclinar la cabeza, reclinar a alguna amiguita.
¡Que Dios los bendiga!.
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Alfredo Gallegos destaca que la humildad entre los sacerdotes debe practicarse diariamente