REFLEXIÓN DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS
Domingo 28 de julio de 2024. DAR EL PAN DE VIDA, PERO TAMBIÉN TORTILLAS
En el evangelio de San Juan, se nos presenta la primera multiplicación de los panes (5) y los peces (2) para alimentar a 5,000 hombres, sin contar mujeres y niños. Este es el único milagro narrado por los cuatro evangelistas, recordando también el de Eliseo en el libro de los Reyes, donde alimenta a 100 hombres con 20 panes, y aún sobró.
Este milagro ocurrió en un monte con mucha hierba verde. La gente se dirigía a Jerusalén para la fiesta de la Pascua, pero al escuchar sobre el poder de Cristo para hacer milagros y su manera divina de predicar, no les importaba pasar hambre. Cristo primero desafía a los apóstoles a alimentar a la multitud, pero ante la imposibilidad, él mismo les sirve, mostrando así que el más grande en el reino de los cielos es el servidor de todos. Me pregunto, ¿por qué no trabajamos y servimos a los demás gratuitamente? Si claramente así, es como podemos alcanzar algo más grande y seremos dichosos.
Cuando escuchaba a los sacerdotes sobre este sermón, muchos criticaban diciendo que la multitud era una bola de gorrones e interesados que querían ser mantenidos, además de que esperaban que Cristo acabara con los romanos y todos los enemigos de Israel. ¡Qué fácil! Por eso querían proclamarlo rey, pero Cristo se negó y se escondió. Pero yo creo que también estaban hambrientos y, sobre todo, tenían sed de la palabra de Dios. Como exclamaron los soldados que fueron a arrestarlo y regresaron sin él, comentando: “Nunca habíamos oído a nadie predicar como a este hombre”.
Desde luego, Cristo se refería a la eucaristía, porque antes de hacer el milagro dio “Gracias a Dios”, lo que significa eucaristía. Ahora, millones comen de ese pan, el “Pan de vida”, como Cristo lo llama, muy superior al maná que si no se comía, se echaba a perder. También es muy superior al pan de Eliseo, con una mayor desproporción: 5 panes y 2 peces, que parecían sardinas para 5,000 hombres, regalados por un chamaco. Les hago un llamado a que sean generosos como este chamaco, aunque sea poco.
Los protestantes están condenados a desaparecer por tantas mentiras, abusos de dinero y engaños. El diezmo era para ayudar y alimentar a los pobres, no para enriquecer a los pastores que trasquilan a las ovejas y les dicen que sus donativos se van al cielo. Dios no necesita dinero; lo gastan los familiares de esos pastores. ¡Qué fácil es predicar y conformarnos con la eucaristía! Sin hacer nada por los que no tienen que comer, sin ayudar a estos, de nada sirve la eucaristía.
San Pablo nos recomienda cuatro virtudes: humildad, amabilidad, comprensión y sobrellevarnos mutuamente con amor.
Humor: Un marido chistoso dice en una fiesta: “Deberíamos cambiar de mujer cada dos años como cambiamos de coche”. La mujer contesta: “¿Para qué, si tú ni manejas ni me haces nada?”. Que Dios los bendiga!.
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