Reflexión Dominical del Padre Pistolas, LO QUE TIENES NO ES TUYO, ES DE DIOS.
Domingo 15 de noviembre de 2020
Aparece ahora en el evangelio de San Mateo, la parábola de los talentos. Un patrón se va de viaje y le encargó a los hombres de confianza su dinero y le da a uno 5 talentos, bolsas de monedas de oro y plata que se pueden comparar ahora con los millones que a su regreso del patrón le entrega. Son 10 millones con las ganancias. A otro le da 2 y le entrega 4 millones. Pero al último le entrega un millón que de todos modos es mucho dinero y el menso y Huevón lo entierra y lo regresa, conste que no se lo robó pero no lo hizo fructificar y el patrón lo corre y lo manda al infierno, esto nos hace ver varias cosas:
El patrón es Dios, que nos da mucho exageradamente y no entregamos cuentas de esos dones. La vida, la salud, la inteligencia, el dinero, el tiempo y sobre todo la capacidad de amar al prójimo, nuestros cinco sentidos, todos tenemos suficientes cualidades para tener éxito en la vida.
Imitemos a Dios que nunca esta inactivo, Dios nos ha hecho a su imagen y semejanza, nunca hace chingaderas, el que menos recibe, recibe mucho.
No basta con ser buenos, el infierno está lleno de personas que tienen mucha fe, porque ya están pagando con sufrimientos sus errores y también el infierno está lleno de personas buenas a secas. Esos que dicen cuando se confiesan: Padre yo soy una persona buena, no robo, ni mato, no cometo adulterio pero no hacen nada para ayudar a los demás, son buenos para nada, temerosos, flojos, mediocres, que se la pasan viviendo muy campechanamente, sin arriesgar nada, sin organizar nada, perdiendo el tiempo nada más y cuando los sorprenden la enfermedad y la muerte tienen sus manos vacías de buenas obras y van derechito al infierno, por no esforzarse nada.
Esta parábola es una llamada de atención a entregar cuentas a Dios. El premio a los dos primeros no fue darles para que se sentaran, si no más trabajo para que producieran más todavía, Dios no quiere Huevones y comodines.
El tercero no se robó el millón y fue castigado por no arriesgarse y no esforzarse; que no somos momias; existe el pecado de omisión; no hacer lo que nos corresponde incluso aunque no nos corresponde. Yo entendí que no solo podría hacer un papel como sacerdote y viendo la necesidad de carreteras, agua potable, curar enfermos; drenajes, bandas de vientos, etc. Me puse a hacerlos; no progresar es retroceder.
Alguna vez me prohibió el Obispo grabar discos de música y le pregunte a un grupo de amigas monjas y me contestaron, Dios le dio esa cualidad y si no lo hace Dios le va a pedir cuentas. Mande al obispo a la fregada.
Nuestras cualidades no son para nuestro progreso personal, sino para servirle a Dios y a los prójimos. Cualidad que no se ejercita se disminuye. Para tener éxito en la vida se necesita pedírselo a Dios y en seguida trabajar con perseverancia. En pocas palabras: lo que tenemos, Dios nos lo dio y de eso nos va a pedir cuentas.
Comentario de buen humor:
Había un niño muy bocón y le dijo a su mama: ¿verdad que estoy muy bocón mama?
Porque me dices eso?
Es que ahora que hice mi primera comunión, me dijo el padrecito:
“Tu espérate niño al desayuno, ahí te van a dar un buñuelo”.
¡QUE DIOS LOS BENDIGA!.
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