Reflexión Dominical del Padre Pistolas, BAUTIZAR, PREDICAR Y CURAR

Domingo 14 de junio de 2020…

San Mateo nos presenta a Cristo compadeciéndose de la multitud porque los veía como ovejas sin pastor, esa compasión era muy sincera y muy profunda porque no le gustaba ver sufrir a nadie, los veía extenuadas, abandonados, esa compasión era conmoverse hasta las entrañas.

Pide Cristo que hagamos oración para conseguir vocaciones porque vocaciones hay, pero falta quien las despierte, con buenos sermones, además de las oraciones pero sobre todo necesitan un líder a quien seguir. Cuando niño veía salir en la noche a un Obispo de una casa donde vivía una divorciada con un trasero muy grande hasta que otro lo golpeó, igualmente teníamos 3 manantiales de agua muy sabrosa cuando todavía no había pozos profundos y bombas eléctricas y mi abuelo regaló uno con todo y acueducto de calicanto y tubos de barro para el agua potable, y mi padre les regaló el segundo manantial en 1930 y el cura del pueblo nos quitó el tercer manantial en 1957, año que no llovió, dejándonos el cura sin agua para regar nuestras tierras y aun así a los 14 años, me metí al Seminario y me hice sacerdote con este pensamiento: “los sacerdotes igual que los apóstoles eran hombres comunes, defectuosos, pecadores y estando el mundo como está al revés, de cabeza ¿cómo estaría sin sacerdotes católicos?, alguien lo tiene que hacer. También vi que los doctores como mis hermanos no resucitan ni a una pulga, igualmente las mujeres a los 20 años son hermosas pero a los 60 años son pura gelatina.

Trabajar el reino de Dios de alegría, paz y espíritu vale la pena ofrecer la vida y bienes materiales. Lamento que algunos sacerdotes persiguen el enriquecimiento, con mentiras, que curan a los enfermos y los pastores, protestantes, todos lo hacen en lugar de buscar ese reino de que Dios sea obedecido, glorificado y amado.

No se trata únicamente de aumentar el número de sacerdotes, monjas y feligreses, sino también la calidad de sacerdotes y fieles, mas santos (santos quiere decir apartados) apartados del pecado, de las mañas de la ignorancia religiosa, de la ambición y la hipocresía. Somos un reino de sacerdotes (quien habla a Dios por el pueblo y quien habla al pueblo por Dios) y una nación sagrada apartada.

Cristo nos ama, Dios mandó sacrificar a su hijo por nosotros y Cristo se sacrificó por nosotros a pesar de que somos muy malos, ¿qué más queremos?. Cristo dio poder a los apóstoles de curar a los enfermos, y no solo a los enfermos del alma si no también y sobre todo a los enfermos del cuerpo. Padrecitos: no se hagan pendejos, no sean tacaños; si no, no nos van a creer.

Comentario de buen humor:

Padre, mi pareja ya me dejó por otra, todos los hombres son iguales.
Hija ¿Por qué te acuestas con todos los hombres?
¡Que Dios los bendiga!.


El Padre Pistolas pide a la feligresía seguir a Cristo en sus enseñanzas


Alfredo Gallegos considera que un sacerdote debe ser un ejemplo para el pueblo