REFLEXIÓN DOMINICAL DEL PADRE PISTOLAS, PRIMERO LA PREDICACIÓN Y LUEGO LOS MILAGROS.
Domingo 07 de febrero de 2021.
Aparece en el evangelio de San Marcos la curación de la suegra de San Pedro.
Saliendo de la Sinagoga de Cafarnaúm, va Cristo con sus apóstoles predilectos San Juan, Santiago y San Pedro que tenía a su suegra con mucha fiebre y lo acompaña también el hermano de San Pedro, Andrés.
No se detiene con nadie y va directamente a curar a la enferma que de inmediato se levanta y se pone a servirles de cenar, nada tiene sentido en el cristianismo si no es servir a los demás.
Como era lógico se reúne tanta gente en casa de Pedro para que Cristo los curara, que no lo dejaban dormir y otro día temprano Cristo se pone a orar y San Pedro le dice a Cristo: “mira cuanta gente te busca para que los cures.
Pero Cristo dice: tengo que predicar a las aldeas vecinas, dando entender que primero es la predicación y luego los milagros, luego los aplausos, las compensaciones y las comodidades.
Que buen ejemplo para los obispos sacerdotes y religiosos que por el contrario primero les interesa el dinero, la fama, las comodidades y el aplauso.
San Francisco decía vamos a predicar y en silencio salía a repartir pan a los pobres, porque la caridad y el ejemplo es lo que convence, no las palabras, esas se las lleva el viento.
La palabra que usa Cristo para curar a la suegra de Pedro es la misma que utiliza en las resurrecciones de la hija de Jairo y de la viuda de Naím y de Lázaro, hermano de Marta y María: “levántate”.
Cristo no solo quiere que se curen los enfermos, sino que levanten el ánimo para servir a los demás como aquellas mujeres que servían a Cristo antes y después de su muerte.
Comentario de humor
Había en un pueblo un señor que tenía un camión de pasajeros de esos llamados polleros. Y le llevó una queja una señora al delegado, que ese señor le había atropellado y matado una puerca.
El delegado le mando llamar al dueño y le dice; “a ver compadre esta señora lo acusa de que le mató una puerca en su casa. No señor no fue en mi casa si no en la calle, ¡újule señora la calle no es para criar puercos mejor váyase!.
Que Dios los bendiga.