Vacunarnos: un bien para la salud de todos.

En México, la salud sigue amenazada por múltiples factores, entre los cuales, ocupa un lugar significativo desde hace casi un año, el aumento de contagios por COVID-19.

La infraestructura de salud a nivel nacional y los presupuestos destinados a combatir la pandemia están resultando insuficientes. La minimización de la contingencia, la falta de pruebas constantes para determinar el tamaño del contagio, diversas fuentes de desinformación sobre la eficiencia y/o la inmoralidad en la ingeniería genética de algunas vacunas circulan por diversas redes sociales.

Todo este escenario siembra confusión y disminuye la confiabilidad en las ciencias biomédicas rigurosas, y en ocasiones, se llega incluso a desafiar el juicio y las orientaciones de la propia autoridad eclesial.

Por estas razones es necesario hacer una pausa y reflexionar sobre la conveniente necesidad de vacunarse para contrarrestar, en lo posible, el COVID-19. Es preciso mirar con claridad cuál es su propósito y cuál es la relevancia ética que posee la personal colaboración en la campaña de vacunación.

Vacunarse te protege a ti y nos protege a todos.

La vacuna es un producto que genera inmunidad o protección contra una enfermedad.